miércoles, 7 de enero de 2009

Seamos positivos

Comienza el 2009 y los comentarios que más he escuchado en los últimos días parecen ser muy negativos. "A saber cómo nos irá este año verdad?"; "a ver si este año no nos va tan mal", dicen las personas en los buses, en la calle, en los mercados y en todo lugar.
Y no es para menos. Tenemos sobre nuestros hombros una crisis financiera que aún cuando no nos ha golpeado de la forma en que todos creíamos, todavía tenemos dudas de si empeorará.
También tenemos a la vuelta de la esquina unas elecciones cuyos resultados parecen ser tan inciertos que todos están optando dejar las cosas en manos de Dios y "que se haga su voluntad".
Yo sólo quiero decir que espero que este año sea mejor que el anterior, pese a todo. Y quisiera que la gente también alejara esas ideas negativas sobre la economía, los empleos, la gasolina y otros temas y en vez de dejar que las cosas pasen a distancia, nos pusiéramos a trabajar para que este año sea mejor.
Si hay crisis, si los resultados electorales no son los que esperábamos, si hay cambios en el gobierno o si seguimos igual, hay que ser positivos y aportar desde nuestras familias y trabajos todo lo mejor que tengamos para que esas ideas negativas se disipen.
Muchos me dirán: "Karen, pero sé realista". Sí, yo lo sé. Hay muchas cosas que se salen de nuestras manos, pero hay una teoría que dice que tenemos que equilibrar todo con porcentajes de 90 y 10. El noventa por ciento es actitud y el 10 por ciento es aquello que no podés controlar.
Seamos positivos!!!!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi viaje a Perquín


Nunca había conocido Perquín. El sábado pasado, en compañía de Antonio Montes, un súper motorista del periódico en el que trabajo y que conoce muy bien todo el país, fui a este municipio con la misión de seguir a Mauricio Funes, candidato presidencial del FMLN.

De entrada, tuve la expectativa de saber cómo era el pueblo del que tanta gente me ha contado, que es uno de los lugares insignia del conflicto armado en el país.

Pues con tenis y mi botella de agua, llegué preparada para todo. Y aunque mucha gente me había dicho que el municipio quedaba muy lejos, no creí que fuera tanto. Haciendo cuentas, nos llevamos casi tres horas y medias en llegar. Pero valió la pena. El clima fresco, el Río Torola y un ambiente de pasado me gustó.

Antonio me mostraba todo: "Por allá queda la Laguna El Jocotal", me decía. Después me mostró una pista que le llaman el Jocote donde, según él, aterrizaban por unos minutos los aviones de la Fuerza Armada para recargar armamento y municiones.

Antes de llegar a Osicala, comencé a ver a muchos simpatizantes del FMLN vestidos con camisas alusivas a Funes y ondeando banderas rojas. Unos parecían estar atrincherados, esperando a que la caravana del candidato pasara para salir al encuentro y ondear sus banderas.

A medida que subíamos a Perquín, mi mente viajaba al pasado. Muchas de las veredas que están cercanas a la carretera parecen no haber perdido esa imagen que yo me hago de la guerra. Por momentos me imaginé a las mujeres con sus hijos caminando a la orilla de la calle, con una bandera blanca en sus manos para pedir que no les dispararan ni la guerrilla ni los soldados. Después me imaginaba a los guerrilleros atrincherados entre las grandes rocas o arriba de los árboles, con fusil en mano, listos para dispararle al enemigo.

Cuando por fin llegamos al pueblo, de veras, pensé que era más grande, pero la verdad es que el pueblito es bien chiquito. La gente que ya esperaba a Funes estaba amontonada en el pequeño parque, al centro de la ciudad. Algunos niños ya habían apartado su puesto en los árboles que están en los contornos del parque.

Las infaltables ventas de camisetas y gorras del Che Guevara así como pulseras y otros accesorios nos llamó rápidamente la atención.

Luego, caminando caminando, me enteré (sorry, pero no lo sabía) que la alcaldía del lugar está gobernada por ARENA. ¿Por ARENA?, me pregunté. En serio, cuando vi a tanta gente vestida de rojo y ese parque de Perquín tan lleno, lo último que hubiera imaginado es que ese pueblo tenía un gobierno de ARENA. Después me explicaron que mucha de la gente que vive ahí sufrió tanto la guerra, que en vez de apoyar al FMLN, los odian.

Pero bueno, con esa información previa, no me extrañó la actitud pasiva de los pobladores cuando Mauricio Funes se dirigió a ellos.

Es cierto, muchos gritaban cuando Funes les preguntaba si querían más empleo u otro servicio básico, pero fue evidente que muy pocos cantaron a pulmón abierto "revolución o muerte, venceremos", como dice el himno del partido.

De no ser porque el grupo que ameniza todos los mitines del FMLN animó lo suficiente, mucha de la gente se hubiera retirado después de esperar por más de tres horas a Funes, que siempre llega tarde a todos los eventos.

Yo creo que era mayor la expectativa de la gente por conocer de cerca a Funes, que por compartir los ideales del partido al pie de la letra. No sé, esa es mi percepción.

No quiero terminar esta crónica sin antes mencionar algo que todavía me tiene "frikeada", como decimos... En Perquín vi a una muchacha de unos 23 años, blanca, con el pelo liso, con los zapatos rotos y un canasto a quien ya he visto en otro lugar. Para salir de la duda, me le acerqué y le pregunté si vivía en Perquín. Me dijo que sí. Después le expliqué que le preguntaba eso porque me parecía haberla visto en otro lugar antes. Pero ella me dijo que no, que no había viajado a San Salvador y que lo único que hace es vender en ese pueblo. Me dijo que se llama Mónica y les juro y les perjuro que la he visto en alguna parte antes. Es que cuando la vi, la reconocí de inmediato, pero hay algo en mi memoria que borró por completo el momento y el lugar en el que la conocí. Es extraño, pero cuando la recuerdo, algo en mi memoria me lleva a otro momento, a otro lugar.

Nunca había visitado Perquín, pero estando en ese lugar, sentí que ya había estado ahí hace muchos años. Quizá en otra vida.



lunes, 3 de noviembre de 2008

Sí somos tercos!!!!


Quiero preguntarle a todos los salvadoreños ¿por qué nos gusta hacer las cosas que sabemos que están mal y luego nos lamentamos de que nos miren mal?

Uno: todos en este país sabemos que para cruzarnos una calle sin que nos pase nada tenemos que utilizar las pasarelas que el gobierno, como obra de caridad, ha puesto en las calles más concurridas. Pero somos tan cabezones, tan tercos y tan confiados que seguimos cruzándonos las calles a pie, exponiendo nuestra vida e incluso la de los niños al filo de una línea amarilla que divide los carriles. No sé ustedes, pero hoy que manejo me da una cólera ver cómo la gente puede ser tan burra y no darse cuenta del peligro al que se exponen. Es risible, pero si el semáforo está en rojo, la gente no pasa o si lo hace, busca la "mera mitad" de la calle para esquivar los carros en vez de utilizar las líneas blancas o zebra que el sacrificado Ministerio de Obras Públicas ha pintado como "zona peatonal".

Pero si el semáforo está en verde, ja! a la gente le vale un pepino y pasa como Juan por su casa aunque tenga casi encima el vehículo. ¿Qué les pasa gente?


Dos: sabemos que tenemos que depositar la basura en bolsas y esperar a que pase el camión de la basura el día indicado, el día que se les ha roncado la gana programar a la alcaldía de nuestro municipio. Pero no. A los salvadoreños les gusta sacar la basura cuando se les da la gana para que los perros callejeros, que en este país abundan, rompan las bolsas y dejen esparcida por toda la calle las cáscaras de plátano, la caja de la Pizza Hut, las toallas sanitarias de las mujeres y un sin fin de cosas más. ¡Dios mío!

Y bueno, qué decir de la gente que sabe que no tiene que tirar la basura a la calle cuando viaja en bus o en carro.

Nos quejamos de que otros países nos llamen "sucios". Por favor!!!! Ellos se quedan cortos al llamarnos así. Si somos unos cerdos completos que no tenemos conciencia de que la botella de plástico que botamos por la ventana y que quedará en la cuneta tardará miles de años en desintegrarse y como efecto inmediato, tapará los tragantes de nuestras colonias y luego, cuando llueva, provocará accidentes tan lamentables como el del bus que cayó al río con 31 personas.

Señores, por favor!!!! Tengan pena!!!! Aunque anden el carro todo sucio, no boten la basura en la calle.

Sabemos que no se debe hacer, pero lo hacemos y luego preguntamos por qué le llaman a la alcaldesa de San Salvador, la reina de la basura.


Tres: sabemos de sobra y con miles de casos como ejemplos que manejar ebrio o a excesiva velocidad sólo provoca accidentes y muertes. Dios mío!!! Pero si esto es el pan de cada día en la calle. Nos quejamos y nos quejamos de que somos un país con un alto índice de accidentes de tránsito, pero a la hora de pisar el acelerador, nos vale pepa si la abuelita se quiere cruzar la calle o si el señor está poniendo la vía para pasar al otro carril.

Somos unos kin kon con licencia en la calle. Y luego decimos "pobrecitos" cuando vemos en las noticias a esa gente que se mata o que queda paralítica por los accidentes de tránsito.

Y así podría enumerar miles de cosas más que siempre hacemos a pesar de saberlo con sobrados ejemplos...


Mejor apoyo la frase de la Marcela, hija de un querido colega que sólo tiene seis años, "Diosito, dame la ayuda".



viernes, 26 de septiembre de 2008

El dinero pasa por la televisión


Hay que estar totalmente ciego para no darse cuenta de los millones de dólares que los partidos políticos están utilizando para ganar el voto.

Y lo peor es que todavía nos hacen falta seis meses más para que esto termine.

Yo en lo particular estoy impresionada, anonadada, estupefacta de ver correr el dinero de mis impuestos y el de todos los salvadoreños por la pantalla de la televisión.

Ah! y no sólo ahí. También lo he visto correr en varios eventos electorales que los partidos mayoritarios ya se han dado el lujo de montar.

Yo no sé de dónde sacan el dinero, si se lo regalan los empresarios o si viene de otro países amigos o si, en el peor de los casos, se lo quitan a aquella gente que está esperando a que en su colonia por fin pongan luz eléctrica o agua potable o le arreglen las calles.

Lo cierto es que son millonadas los que estos partidos están derrochando y ¿para qué?, sólo para convencer al 50 por ciento del total de los votantes que son los indecisos, porque el resto, por más anuncios y anuncios que le metan en la mente, ya saben por quién votar.

Es cierto... cosa rara fuera que los partidos no se vendieran, pero creo que esta vez, se les ha pasado la mano en derrochar dinero.

¿Cuánto vale un anuncio en la televisión?, ¿mil, dos mil o tres mil dólares?... ¡¡¡Señores, hay gente que anhela un dólar más en sus bolsas para poder comprar la leche de sus hijos!!!

No vengan a darse golpes de pecho y a pregonar que quieren mejorar al país cuando están botando el dinero a diestra y siniestra.

Sean un poquito coherentes con lo que predican y verán que es esa la mejor publicidad que se harán si gastar un sólo céntimo.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Carta a Carlos Perla

¿Qué tal Ingeniero?¿Cómo le va?. Antes de decirle una que otra cosa, tengo que disculparme con usted porque no le he llevado el libro sobre ángeles que me pidió que le llevara la última vez que fui visitarlo.
El trajín del trabajo y los pocos días de descanso que me quedan me han impedido ir a visitarlo y platicar con usted sobre su caso.
¿Se ha comunicado con su abogado recientemente? ¿Le ha notificado si después de dos años, al fin la Corte Suprema de Justicia le ha aceptado la casación por la condena de 15 años que le impuso el tribunal?
¿Ha llegado a verlo su hermana? Espero que sí.
¿Y cómo ha seguido con su asma? ¿Ha mejorado? También espero que sí.
Pues... ¿qué le puedo contar? En el periódico me cambiaron a otra sección y he estado un poco alejada de su caso.
Pero a juzgar por el trabajo que hacen mis colegas en la sección de sucesos, su caso no ha caminado mucho desde que lo condenaron. ¿Cómo se olvidan de rápido las cosas, verdad?
De las pocas cosas que me he enterado es que Orellana sigue feliz y tranquilo en su casa, engordando su barriga mientras usted compra su almuerzo en la cafetería de la División Antinarcóticos de la Policía o espera a que su hermana le lleve, como siempre, su sagrados alimentos.
Uno de mis colegas me ha dicho que hace poco vino su hijo de Francia y que él lo ha llegado a visitar periódicamente.
Ya hace casi un año que el flamante gerente de la Administración de Acueductos y Alcantarillados (Anda) quiso sobornar con comida a los policías que lo custodian en su casa y la Unidad Técnica Ejecutiva que tiene a cargo su protección como "testigo" todavía no resuelve si tiene que seguir en su casa o si lo envían a una bartolina, tal como está usted.
¿Y no leyó en el periódico de la competencia una entrevista que un colega le hizo a su amigo, Joaquín Alviz en España? Ya ve.. tanto que lo ha buscado la Interpol y ahora resulta que un periodista lo encontró y hasta platicó con él sobre todo el rollo que hoy lo tiene donde está.
Cómo somos verdad? Yo no puedo decir si usted es culpable o no es culpable, si sólo fue un instrumento político en su momento o qué pasó. El tribunal le dio su sentencia y entiendo que ellos saben más de esto. Pero, qué hay de los demás? Muchos quieren ver a Orellana en bartolinas, pero.. será sólo él el único que merece estar tras las rejas?. Habría qué ver...
Yo espero que más temprano que tarde pueda ir a visitarlo de nuevo y hoy sí, le lleve el libro que me pidió. Y espero también que a esa fecha, la Corte haya resuelto su caso y usted descanse de una buena vez en paz, sabiéndose condenado definitivamente y resignado a su suerte o libre, como seguramente lo quiere.
Nos vemos ingeniero... cuídese...

martes, 23 de septiembre de 2008

¿Quién es un buen periodista?


Tengo cuatro años de ejercer periodismo, pero mi poca experiencia en este trabajo aún no me ha dado luces claras de quién es en realidad un buen periodista en la práctica.
Yo, que digo serlo, no sé si hago bien mi trabajo de periodista o si sólo es suerte de principiante la que me ha permitido publicar "portaditas" o "maderas", como comunmente le llamamos en la jerga periodística.
E igual pregunta también me gustaría hacerle a muchos de los colegas que trabajan en los distintos medios de comunicación. ¿Hace en realidad un trabajo de investigación o también lograron una "portadita" por suerte?
Hace algunos días, durante el acto de independencia del 15 de septiembre en la Plaza Libertad, me dí cuenta de la diversidad de formas de trabajo de muchos de los periodistas nacionales.
Mientras unos colocaban su grabadora cerca de la boca del funcionario para asegurar el audio, otros intentaban sacar respuestas con preguntas de párrafo que sonaban a "periodista bien informado".
¿Quién de ellos es buen periodista?, me pregunté. ¿Es acaso un buen periodista el que pregunta más, el que es insistente al punto de hostigar a la fuente? O ¿es mejor periodista el que sabe hilvanar las ideas con dos o tres frases?
¿Será un buen periodista el que rasca, rasca y rasca hasta la última palabra de un funcionario hasta descubrirle su "mentira" o es buen periodista el que "comprende" lo que hay detrás de una declaración y la logra difundir de forma clara a la población?
¿Es mejor periodista el que se tarda más escribiendo una nota o es mejor periodista el que termina rápido? ¿Es mejor periodista el que ha trabajado 12 años en un medio o el que tiene seis?
Yo no lo sé. En serio, no lo sé. Y lo digo a pesar de que en la universidad nos dijeron que en esta profesión hay que ser lo más éticos posibles, hay que apegarnos a lo que nos dice la fuente y ser lo más "profesionales" que se pueda.
Eso, en la práctica es muy diferente y quienes son o han estudiado periodismo lo saben.
Y como no lo tengo claro, debo de decir que aún así respeto el trabajo que todos hacen porque es el mío también.
Pero quisiera que alguien me dijera algunas características "básicas" que un periodista debe de tener en la práctica, no en la teoría.
¿Quién es un buen periodista? ¿Quién me ayuda a descifrarlo?

jueves, 18 de septiembre de 2008

Jóvenes bien informados


Hace algunos días, el periódico en el que trabajo publicó que el FMLN está a favor de abrir "heridas de guerra" y propiciar juicios sobre crímenes que se cometieron durante el conflicto armado.
El reportaje se derivó de la entrevista que el candidato Mauricio Funes dio a Nacho Castillo en el canal 33 y en el que aseguró que si llegara a ganar la presidencia, no pediría a los diputados derogar la tan mencionada ley de amnistía.
De entrada, las dos versiones me parecieron confusas y lo fueron aún más cuando leí en el artículo periodístico que el FMLN quiere "levantar las reservas" y con eso, abrir esas heridas del pasado.
Leí el artículo una y otra vez y no pude comprender qué significaba eso de "levantar las reservas", sobre todo cuando apenas y tengo 26 años de vida y lo único que recuerdo de la guerra es un mitin (ni siquiera sé de qué partido era) al que me llevaron cuando tenía cuatros años aproximadamente.
Pero lo más risible es que muchos de mis amigos, cuya edad ronda los 22 y los 32 años , tampoco entendían qué era eso de "levantar las reservas".
Y siguiendo los datos del último censo nacional que dice que el 60 por ciento de la población tiene entre 15 y 64 años de edad, obviamente la gran mayoría de esta población tampoco sabrá qué significa que el FMLN quiera "levantar las reservas" si nunca se los han explicado.
Y mucho menos cambiarán su intención de voto si nadie, incluso los mismos periódicos no les explica "en buen salvadoreño" lo que significa y cómo esto puede repercutir en sus vidas.
Los jóvenes de hoy no están preocupados por saber si se puede o no juzgar a una persona que cometió un crimen cuando ellos ni siquiera habían nacido. Ellos, al igual que yo, solo quieren que los partidos, que los candidatos, que los funcionarios presenten propuestas reales de cómo superarse profesionalmente y cambiar de una buena vez a este país que dice haber logrado el desarrollo, pero que deja en la ignorancia a su población.
Después de descubrir que detrás de las palabras mágicas de "levantar las reservas" que maneja el FMLN hay una serie de decisiones judiciales y fechas importantes que no se pueden dejar de lado, le pedí a mi colega que propusiera un reportaje explicando la ley de amnistía, sus modificaciones en el tiempo, lo que significa hoy y lo que puede significar mañana.
Ya me dijo que lo propondrá a su editor y espero que esta vez, el artículo pueda abrirle los ojos a esos jóvenes como yo que conocemos muy poco de los intereses políticos que se manejaban hace unos 15 años.
Estaré esperándolo...