El trajín del trabajo y los pocos días de descanso que me quedan me han impedido ir a visitarlo y platicar con usted sobre su caso.
¿Se ha comunicado con su abogado recientemente? ¿Le ha notificado si después de dos años, al fin la Corte Suprema de Justicia le ha aceptado la casación por la condena de 15 años que le impuso el tribunal?
¿Ha llegado a verlo su hermana? Espero que sí.
¿Y cómo ha seguido con su asma? ¿Ha mejorado? También espero que sí.
Pues... ¿qué le puedo contar? En el periódico me cambiaron a otra sección y he estado un poco alejada de su caso.
Pero a juzgar por el trabajo que hacen mis colegas en la sección de sucesos, su caso no ha caminado mucho desde que lo condenaron. ¿Cómo se olvidan de rápido las cosas, verdad?
De las pocas cosas que me he enterado es que Orellana sigue feliz y tranquilo en su casa, engordando su barriga mientras usted compra su almuerzo en la cafetería de la División Antinarcóticos de la Policía o espera a que su hermana le lleve, como siempre, su sagrados alimentos.
Uno de mis colegas me ha dicho que hace poco vino su hijo de Francia y que él lo ha llegado a visitar periódicamente.
Ya hace casi un año que el flamante gerente de la Administración de Acueductos y Alcantarillados (Anda) quiso sobornar con comida a los policías que lo custodian en su casa y la Unidad Técnica Ejecutiva que tiene a cargo su protección como "testigo" todavía no resuelve si tiene que seguir en su casa o si lo envían a una bartolina, tal como está usted.
¿Y no leyó en el periódico de la competencia una entrevista que un colega le hizo a su amigo, Joaquín Alviz en España? Ya ve.. tanto que lo ha buscado la Interpol y ahora resulta que un periodista lo encontró y hasta platicó con él sobre todo el rollo que hoy lo tiene donde está.
Cómo somos verdad? Yo no puedo decir si usted es culpable o no es culpable, si sólo fue un instrumento político en su momento o qué pasó. El tribunal le dio su sentencia y entiendo que ellos saben más de esto. Pero, qué hay de los demás? Muchos quieren ver a Orellana en bartolinas, pero.. será sólo él el único que merece estar tras las rejas?. Habría qué ver...
Yo espero que más temprano que tarde pueda ir a visitarlo de nuevo y hoy sí, le lleve el libro que me pidió. Y espero también que a esa fecha, la Corte haya resuelto su caso y usted descanse de una buena vez en paz, sabiéndose condenado definitivamente y resignado a su suerte o libre, como seguramente lo quiere.
Nos vemos ingeniero... cuídese...
1 comentario:
Qué bueno está esto. Te felicito.
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